El problema está en la manera en que los sacerdotes actúan al escuchar a los fieles. El curso del Vaticano busca fortalecer la capacitación del clero, en un intento de mejorar sus relaciones con los creyentes.
Al enfrentarse con pecadores poseídos por espiritus malignos como el diablo, el obispo recomendó proceder con extrema cautela y solicitar la intervención de un exorcista especializado.
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